Pero como la pista de hielo quizá fuese un reto demasiado arriesgado, hemos optado por convertir el patio del colegio en una pista, no de hielo, pero como si lo fuera.
De este modo, hemos pasado una animada jornada, donde todos los niños hemos podido patinar en compañía de nuestros compañeros aprendiendo a compartir y disfrutar.
Y como moraleja a este día, es cierto que nos hemos caído pero siempre hemos sabido como levantarnos, normalmente de la mano del compañero.
VIKINGOS
OJÁNCANOS
PIRATAS
MOSQUETEROS
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